martes, 7 de mayo de 2013

la energía, ni se crea ni se destuye...

Hay momentos en la vida en los que hay que sentarse y sopesar las cosas antes de hacer ningún movimiento.. porque la vida a veces se pone como un mikado...como un castillo en equilibrio, en el que dependiendo que palito quites, no se mueve nada..o se cae todo descontroladamente. Game Over

Hay momentos en la vida, en los que me acuerdo de la frase que decía mi abuelo y repite a veces mi madre "la gente que tiene verdadera altura interior, no necesita subirse encima de los demás".Es una gran verdad..porque ante el primer arranque, humano y animal de defenderse a dentelladas, al final lo único que pierdes es altura.

Hay momentos, en la vida, en los que la venganza sabe bien.. y hay otros que no. Hay momentos en que por encima de la justicia, por encima  del sentimiento quijotesco (Karen , florecilla, si lees esto, no sabes la de veces que me he acordado de ese adjetivo que dijiste) está el karma. Y la paz de la conciencia. Y el buen (o mal) sabor de boca que te deja la vida, que es al fin y al cabo lo que te vas a llevar a la pira.

Hay momentos en los que una venganza que te da una victoria sobre algo o alguien no te da tal victoria...si te ha robado la energía para hacer otras cosas.. que si te hubiesen dado la paz de la conciencia, es como si tu oponente te hubiese robado también ese otro territorio que ni estaba en juego. No lo estaba, pero simplemente el no dedicarle esa energía.. y dedicarla a una estúpida lucha, lo pone en el tapete.

Hay momentos, en la vida en los que si la misma energía que puedes dedicar a destruir la dedicas a construir, al final sales enriquecido. Y si te pierde el instinto animal, quizás ganes la batalla....pero qué pierdes mientras tanto?

La energía, ni se crea ni se destruye, se transforma. Lo dijo Einstein y obvio que no voy a refutar a un sabio de ese calibre. Supongo que esto es válido tanto en la física como en la vida, que al fin y al cabo aprendi en su dia que son lo mismo.
Al fin y al cabo, la energía que tenemos es una sola, y la diferencia entre una vida malograda y una vida plena viene a estar en qué dedica cada uno sus energías.


Hoy ando sentándome, y sopesando. Espero no equivocarme, y dedicar mis energías a lo correcto.